Creo que la comunidad educativa coincide
en que se trata dos herramientas son esenciales hoy día en el proceso educativo
por diversos motivos. En primer lugar, es una ventaja para el profesor tener disponibles sus
materiales en todo momento a un golpe de click para ser usados en el aula.
Además es una herramienta sencilla de gestión de materiales docentes que nos permite
actualizarlos y complementarlos a menudo, de acuerdo con las necesidades concretas
del grupo de alumnos.
Pero al margen de algunas de sus utilidades
operativas que son obvias, quizás lo más interesante es que genera un tipo de interacción
comunicativa entre alumnos y/o profesores fuera del aula que incrementa la motivación global del grupo, el
aprendizaje individual del alumno y quizás sea una nueva vía para ayudar combatir el fracaso académico. El alumno se convierte en un elemento activo en su proceso de aprendizaje
al trabajar en proyectos, compartir sus reflexiones en público, etc. y puesto que sus intervenciones
son públicas, generalmente, obtienen respuestas de otros ( también del profesor) y se produce un “efecto
llamada” sobre los compañeros aventajados y también sobre aquellos alumnos menos motivados en el aula tradicional.
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